Cuatro medidas para una economía perdida.

Buscándole las cuatro patas al cerdo.


Este 2022 no vaticina un cambio radical en la economía cubana. Aunque se está haciendo uso de una propaganda intensiva desde los últimos días de diciembre del año pasado e inicios de este por parte del régimen de aparentar una cierta estabilidad y muestra de mejora. Eso no es más que propaganda, ese truco lo conocemos ya. Todavía algunos siguen durmiendo, soñando con un cambio. Lamento decirles que se despierten, el cambio no llega cuando las cosas se hacen igual por tantos años sin dejar resultados palpables. A estas alturas no imagino otro futuro para Cuba que la libertad plena en todos los sectores de la sociedad, empezando por la política, pasando por la economía y terminando en el arte. La inflación ha invadido la economía mundial y Cuba se está llevando gran parte de esa porción. Sin embargo se pudieran hacer una serie de cambios que dieran un soplo de vida a los sectores económicos del país. Precisamente esa es la intención de este escrito, darles estas cuatro medidas que se pudieran tomar en la economía cubana para amortiguar el duro golpe que se avecina para nuestro país.

Cuatro medidas económicas necesarias en la actualidad cubana.

Lo primero y más esencial es el derecho a la propiedad privada y que esta se trate con el debido respeto. Aun reconociéndose en la constitución vigente la propiedad privada, sabemos que esta es violentada al antojo del gobierno. Se deben salvaguardar las garantía de ella para que los productores, emprendedores y demás, tengan la seguridad que sus terrenos no serán arbitrariamente alterados, invadidos, decomisados o cualquier otro caso que atente contra su propiedad y negocio. Esto es primordial para la seguridad del dueño y su futura motivación en emplear sus tierra en aras de la producción nacional.

Segundo, el libre mercado de los productos y servicios en un periodo de tiempo de tres a cinco años. Después de dicho tiempo se debe de hacer un análisis a conciencia de los que se ha logrado y sobre todo compararlo con la situación anterior para tomar una decisión correcta en el camino a seguir. Cualquier productor debe de ser libre de vender su mercancía al precio, en el lugar y en el momento que desee. Esta debe de ser la dinámica que predomine en el mercado, creando una amplia variedad de opciones, facilitando así el acceso de bienes y servicios a la población.

Tercero, el estado no debe interferir en las producciones en ningún momento, solamente en el caso exclusivo de delitos y solo con una investigación rápida y concisa sin afectar la producción. Por lo que no debe de ser obstáculo, al contrario debe de ser facilitador en todo momento de la plataforma legal donde se establezcan las bases para el comercio libre dentro de Cuba. Por lo que la libre importación debe de ser permitida en todos y cualesquiera que sean los artículos, excluyendo material bélico y drogas.

Cuarto, el Gobierno y el Estado cubano por ende debe de prescindir de altos impuestos sobre los productores y emprendedores en sus respectivas actividades. Solo debe aplicar el mínimo impuesto vital para crear una conciencia a futuro de el cobro por ganancias reales que se aplicarían al cabo de los tres o cinco años. De ser posible incluso, los bancos deben facilitar cheques, ayudas y préstamos a los que presenten proyectos rentables. Siendo consecuentes y asequibles en los plazos de devolución y comisiones que se ofrezcan.


Un idealismo materialista.

Es ingenuo pensar que porque yo escriba esto se aplicarán estos cambios o medidas en el país, ojalá así sucediera. Esto ni siquiera pasará de las lecturas de los fanáticos del sistema que impera en nuestro país y actúan como censuradores y moderadores del gobierno (ciberclarias). Estas medidas no significan tan si quiera un cambio de sistema político, pero tienen una repercusión que ellos le temen demasiado: la libertad y la autodeterminación de los individuos en la sociedad. Por eso mi escrito es más bien una muestra para ustedes que leen y creen que un cambio real es posible, que no todo está perdido, aunque lo parezca, de que sí se pueden hacer cosas para mejorar nuestro país realmente. Esta es mi humilde visión de un campo (la economía) que conozco muy poco la verdad, pero que el sentido común, el estudio de la historia y la realidad demuestran que es lo único viable para salir de esta penosa situación. Imaginen cuantas medidas, ideas y proyectos pueden existir por ahí perdidos en el anonimato, de personas verdaderamente estudiadas en el tema, que pudieran salvar la economía cubana.

 

Les puedo dar una rápida lectura de lo que casi seguro sucederá este año: más hambre, más miseria, más pobreza, más represión, menos libertad. Ellos, si pueden, este año llenarán sus arcas personales con el dinero que le aporta el turismo y de esas migajas comeremos nosotros. Se creará una falsa sensación de mejora que muy pronto desencadenará en otra crisis peor que la anterior. Porque este ciclo es así, nada mejora. Cada vez hay más incompetentes en cargos importantes de la dirección del país, se desestima a la población joven que tiene algo que decir y puede aportar valiosos conocimientos de la economía y de otros sectores que pudieran ayudar a reconstruir el país. 

Es duro, pero la realidad pronostica que una ruina aun peor que la que conocemos nos espera en muy pocos años. Mientras el mundo se prepara para una recuperación económica, Cuba sigue aislada en su burbuja de atraso inflada por el bloqueo de sus dirigentes a su pueblo. La prosperidad y la dignidad no está en unos zapatos de Rusia, en un viaje a un hotel por tres días, en el último celular del año y al placer pasajero que todo eso representa. La prosperidad es que todos con su trabajo puedan llegar a tener las necesidades básicas de la vida de un ser humano sin perder un riñón en el empeño, sin robar en su trabajo, sin recibirlo del exterior o sin perder su dignidad en el proceso.


"Solo la heterogeneidad de ideas hará posible la unanimidad de un deseo convertido en realidad."

Oscar Bermudez R.

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